Novedades

Post Top Ad

Your Ad Spot

sábado, 28 de octubre de 2017

Pimienta Caliente

Autora: Karem Kemper
Hace muchos años cuando era una niña de 9 o 10 años si la memoria no me falla, mis primas mayores organizaron un concurso de belleza, entre nosotras las más pequeñas.
La dinámica era más o menos así:  Cada una de las mayores "adoptaba" a una de las menores para que sea candidata, se encargaría de vestirla; maquillarla y hacerla desfilar en una camioneta estacionada en medio de la calle, porque ahí sería el evento por la noche.
Mis recuerdos son difusos, sé que habían más niños, casi toda la cuadra reunida, en un barrio apacible del norte del país donde casi todos dejaban la puerta abierta y se sentaban en sus pórticos para tentar alguna brisa nocturna.
También recuerdo levemente el frenetismo, para buscar o prestar una prenda u otra, que el desfile en informal, y el de gala.
No sé si desfilamos en ropa de baño, pero es probable.
Tampoco recuerdo si gané; pero sé que fue una de las noches más divertidas de mi infancia, debido al status de "candidata" en un certamen de belleza y el compromiso de mi representante-prima por hacerme lucir hermosa y adoptarme como un proyecto personal.
Pero hay algo que ha trascendido en el tiempo y es un detalle minúsculo en el que a veces reparo pero sin reflexionar mucho, hasta ahora.
Mi tono favorito de labial es el "Rojo pimienta", el mismo que me pusieron esa noche para caminar en la superficie  oxidada de la carrocería de la camioneta de un vecino vestida de forma estrafalaria, pero sintiéndome hermosa porque todas estuvieron de acuerdo en que ese tono hacía un contraste delicioso con mi tono de piel.
La infancia recuerda, no sabemos en qué momento se sueldan los recuerdos de forma inamovible en la psique de una niña; no sabemos el modo en que se seleccionan esos recuerdos que perduran en el tiempo y que explican ciertas decisiones que tomamos cuando crecemos.
Pero sabemos que absolutamente todo cuenta, y que debemos manejar con cuidado los cumplidos que le hacemos a las niñas en este caso específico.
El físico de las mujeres es algo que se sobrevalora, se hace hincapié en la guapura de las niñas como si no tuvieran otras cualidades para admirar; como su capacidad con los números o las letras, su inventiva, su paciencia, su destreza manual, su fortaleza física, su osadia; etc.
Sobre todo creo que lo que resaltes en una niña o un niño, positivo o negativo, perdurará en su mente. De esa forma niñas y niños hacen una valoración sobre si mismos. Si a una niña le decimos que se ve hermosa con tal o cual cosa, intrínsecamente lo considerará importante; sobre muchas otras cosas.
Hay que ayudar a nuestras niñas y a las no tan nuestras a confiar en sus capacidades, hay que señalarles su potencial, hay que considerar las posibilidades para esa mente en formación cuya personalidad se está arraigando; hay que hablarles de lo trascendente e importante, de esas cosas que no pueden ver claramente pero que comienzan a expresar de forma tímida; hay que poner los reflectores en su talento para que crean en él y lo vean tan claramente como un labial rojo pimienta en una noche de verano.

*El texto pertenece a la sección de colaboradoras, son relatos y opiniones personales. La página no se hace responsable de las opiniones personales de las colaboradores y respetamos su derecho a expresarse con su propio estilo personal.
Si quieres colaborar con la web compartiendo tus textos envianos un mail a patrullafeminista@gmail.com.




Post Top Ad

Your Ad Spot

Pages